Oscilaciones modernas: celulares y cáncer

por **Medstudents UNICAH** Enero 28th 2012, 1:45 am

El uso del celular ya es costumbre para millones de personas alrededor del mundo. Naturalizado y adherido a la vida cotidiana, es claro que llegó para quedarse y, con él, las sospechas de las posibles consecuencias que puede traer a la salud.

Lo que se sabe a ciencia cierta es que los teléfonos móviles emplean niveles bajos de energía de radiofrecuencia (RF), y que la exposición a ésta se mide mediante la Tasa de Absorción Específica (conocida como SAR por sus siglas en inglés).

La SAR mide la cantidad de energía que absorbe el organismo, y en EE.UU. la tasa permitida es de 1,6 vatios por kilogramo. Así, los fabricantes de celulares, antes de poder lanzarlos al mercado, deben presentar un informe a la Comisión Federal de de Comunicaciones (FCC) para asegurarse de que la exposición a RF de sus modelos de celulares sea la permitida.

El año pasado por primera vez la OMS reconoció un posible vínculo entre los celulares y el cáncer cerebral, asunto que venía tratando hace tiempo, con inversiones monetarias de más de 250 millones de dólares en investigaciones al respecto. Lo aceptaron luego de 10 años de estudios llevados a cabo por científicos de 14 países, convocados por la Iarc, que señalaron a los campos de RF como un compuesto posiblemente carcinógeno.

Mientras que un estudio del 2009, avalado por la OMS y financiado por compañías de móviles, dejó como saldo que el empleo excesivo de los móviles podría relacionarse con el glioma, tumor cerebral más común, pero que no se encontró evidencia de un aumento en la formación de este tumor, no se descarta que la tecnología influencia otros tipos de cánceres.

Dos meses después que el Iarc declare a los teléfonos como potenciales agentes cancerígenos, expertos de la revista Environmental Health Perspectives respondieron diciendo que la evidencia acumulada es cada vez mayor contra la hipótesis de que los teléfonos móviles puedan causar tumores cerebrales en adultos, a la vez que investigadores de Gran Bretaña, EE.UU. y Suecia concluyeron que no se han encontrado mecanismos biológicos a través de los cuales las señales de radio de los celulares podrían dar pie a los tumores.

Hay cierta tendencia a considerar que los ‘heavy users’, etiqueta que engloba a aquellos que hablan más de media hora por día por celular, o lo han hecho durante diez años, son los más expuestos al posible potencial cancerígeno. Los niños aparentemente son otro blanco fácil ya que su cerebro está en formación y sus huesos craneanos son más delgados, lo cual pude hacerlos vulnerables a las ondas.

Pese a la indeterminación reinante, y a la sabiduría popular que aconseja ‘mejor prevenir que curar’, todos coinciden en que, ante la duda, es mejor emplear dispositivos de manos libres para hablar, o bien enviar mensajes de texto, evitando así al menos en parte la proximidad del teléfono al cerebro.

No obstante, si el tiempo dictamina que efectivamente los celulares pueden cooperar a dañar la salud severamente, ¿estas medidas preventivas no serían más bien demasiado poco, teniedo en cuenta lo expandido que está el uso de la telefonía móvil, y que erradicarla, hoy, sería cuanto menos, una utopía?

Como profesionales (o futuros profesionales) de la Salud, ¿qué opinan al respecto?